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lunes, 5 de junio de 2017

Cuando la derecha baja impuestos


      La derecha política, es decir,  la derecha económica que busca administrar los poderes del Estado en su propio beneficio, es también una enemiga declarada del Estado en su vertiente social, la que presta servicios que palien en parte las desigualdades que genera el capitalismo.
            La primera obligación de un político de derechas cuando alcanza el poder de legislar es bajar los impuestos. Y, a veces, hasta la gente pobre lo celebra y lo agradece.
            Bien por la derecha que nos baja los impuestos. Porque el Estado nos roba con impuestos el sudor de la frente.
             La mentira o la verdad a medias generan hoy rendimientos netos extraordinarios en el ámbito político. Cuando la derecha baja impuestos a los pobres es como cuando les sube las pensiones a los pensionistas. En ningún caso lo perciben los bolsillos de los afectados. Las bajadas de impuestos de la derecha solo las perciben los ricos. Solo a ellos se los baja de verdad
            Y cuando la derecha baja impuestos, se resiente el Estado y se resienten los servicios que el Estado nos debe devolver por los impuestos que pagamos.
            Y se resienten los servicios de aquellos que más lo necesitan.
            Mirad el caso inglés que aún sangra en los titulares de prensa de media Europa. Theresa May, la discípula pazguata de aquella Thacher que tanta paz haya como olvido merece, ha hecho una propuesta demencial en su programa político.
            En cuatro días los votantes dirán algo al respecto, pero el votante a veces acepta una propuesta criminal si con ello cree que pone a salvo su pellejo.
            Theresa May ha propuesto lo que  se ha bautizado en el Reino Unido como un impuesto a la demencia. Consiste en un copago sanitario que deben afrontar en exclusiva los jubilados. Esas personas deben hacer frente a sus necesidades sanitarias con sus propios  recursos, aunque tengan que hipotecar sus domicilios para ello. La otra opción es no recibir la atención que su salud precisa.
            El impuesto será mucho mayor si la persona anciana ha de recibir asistencia sanitaria en su propio domicilio, personas dependientes  con movilidad reducida o  afectadas por enfermedades mentales sin remedio, como el alzhéimer o la demencia senil. De ahí el nombre con que su propuesta ha sido recibida.
            La derecha política ha de hacer propuestas como esta, contra los más desvalidos y necesitados, cuando no le cuadran los números. Las necesidades sin cubrir le importan un bledo. Veréis el grado de radicalización ideológica en el aumento progresivo de desprecio a los servicios públicos, en la descalificación de los dependientes, en la proclamación a voz en grito de que cada uno tiene derecho a los servicios que pueda costear.
            El punto más nocivo de esta ideología establece como únicos servicios que el Estado debiera atender un cuerpo de policía, los jueces y el ejército. Aquellos servicios que sirven para defendernos de los otros.
            Todo lo demás es superfluo, gasto inútil del Estado que se destina a mantener gorrones, perezosos,  gente acomodaticia y sin ambición que no se esfuerza en cuidar de sí misma, y que vive a costa de lo que el Estado roba a la gente creadora de riqueza mediante los impuestos, para conseguir votos.
            Id a besar la mano que os baja los impuestos, es la misma que os deja sin la protección que nos debe el Estado, la misma que propone abandonar a los viejos improductivos  a su suerte.
            Sin un Estado con proyección social, la mayor parte de nosotros acabaremos mendigando o buscando alimento en los contenedores de basura, el mismo destino de los viejos inútiles en Bangladesh, el modelo hacia el que tiende la Europa del mercado, que nada tiene que ver con la Europa de los pueblos.
    Pero nos encanta que nos bajen los impuestos. Y secundamos campañas en la red, porque creemos en la historia bíblica de un maná que cayó del cielo. 
     Como el burro de la noria, felizmente protegido por el antifaz orejero, nada vemos de lo que sucede alrededor.         

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