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martes, 26 de febrero de 2013

Minotauro


              Para Paula, Isabel, Daniel, Pilar, Carmen. Diana, Noelia  y Pepe Minjie.
Entre otros muchos, el fundamento del futuro.

            La vida fluye en las aulas de forma natural. Otra cosa sería negarle a la enseñanza su ingrediente principal, la propia vida. Se aprende mientras se vive y se aprende a vivir reflexionando sobre el pasado, sobre su influencia en el presente y sobre la proyección que de la confluencia de ambos podemos hacer para prever nuestro futuro ¿Para qué serviría un aprendizaje que ignorase la vida?
            Hoy  mi alumnado de Bachillerato se ha esforzado en traducir del griego una muy acertada adaptación del mito de Teseo y el Minotauro. Han acompañado en su temible viaje al interior del Laberinto a los jóvenes atenienses  guiados por el valeroso Teseo que en su mano derecha llevaba la espada y en la izquierda la punta del ovillo que le teje Ariadna enamorada. Con los jóvenes atenienses han compartido ese viaje aterrador hacia la intrincada geografía de muros que maquinó Dédalo para confinar al monstruo nacido de una inclinación zoofílica urdida por un dios burlado y vengativo. Por los umbríos pasadizos de muros elevados han avanzado temerosos, oyendo los bufidos de la bestia que ha detectado su presencia llevado por su olfato de fiera antropofágica y por su hambre indominable.
            Quizá alguno ha interpretado esa alegoría a la luz del presente que se cierne sobre sus propias vidas.
            Para laberinto, el nuestro-, ha musitado alguien.
            He visto la oportunidad. La razón adulta, los instrumentos para el análisis de la realidad que llevan, luego, al compromiso en forma de vida sensata, solidaria y honesta socialmente se desarrollan así, de forma inesperada, por generación espontánea. Hemos hablado de política, es decir, de la vida. 
            Hemos hablado de la dación en pago, de la situación de infinidad de familias en el barrio,  de compañeros que ya no van al bar del Instituto a la hora del desayuno, de otros que deben esperar meses para acudir a la imprescindible consulta del dentista, de las matrículas en la Universidad que ya no están al alcance de cualquier familia, de las becas que ahora se han reducido de forma llamativa, del futuro que presienten difícil y quién sabe si en países distantes...También hemos hablado de la política criminal de este gobierno en asuntos de salud, porque a las medidas anteriores se suma ahora que niega el tratamiento a los reclusos con hepatitis C. Un escalón más hacia el tribunal internacional de la Haya en el que se juzgan los crímenes contra la humanidad. 
            La verdad, hemos dejado el mito en un rincón. No hemos resuelto el problema de Teseo. Otro día será. Aguantará unas horas perseguido por la fiera; es valeroso y está protegido por su propio linaje. También él lleva los genes de algún dios. 
            No me arrepiento.
            Conviene dejarlos fluir así, humanos, próximos, compartiendo nuestros miedos de adultos. Confusos como nosotros. De pronto, esta generación que tildamos - no sin razón en ocasiones-, de acomodaticia y consumista, se reviste con el perfil adulto que andábamos buscando en su interior.
            Han descubierto, solos, que el Mito, ese lenguaje figurado con el que la Antigüedad nos habla de la naturaleza humana, es intemporal porque mantiene su vigencia en cualquier época. Aquellos atenienses eran una deuda de guerra, un pago cruel que el vencedor estableció a los perdedores. 
            Ellos, los jóvenes vencidos en esta guerra en la que no han participado, presienten que su futuro incierto amenazado, que sus planes de estudios universitarios quizá imposibles ahora, que su vida laboral utópica, es también una deuda de guerra, un gravamen sangriento que ha impuesto el vencedor a los vencidos.
            Esta dolorosa toma de conciencia les ha devuelto el interés por la política.
            ¿A quién votamos cuando llegue la hora, profesor....?,- me ha preguntado alguien -, porque la oposición no pinta nada...
            Ojalá yo lo supiera,- les he dicho. 
            Coincido con ellos. La oposición no nos ofrece alternativa. Y necesitamos alternativas o el agotamiento de cualquier esperanza será como una supernova, violenta y destructiva en su agonía feroz.
   Quizás ellos andan buscando a su Ariadna, la que les teja el ovillo salvador para salir ilesos de este complejo laberinto en el que se ven inmersos de forma repentina. No me lo preguntaron. Si lo hacen les diré que Ariadna está en la pureza de sus propios corazones y en que tomen conciencia de su fuerza colectiva. Así saldrán del laberinto y, de paso, quizá nos salven a nosotros que hemos permitido que el enemigo lo construyera impunemente y nos hiciera prisioneros en su interior.  
         

domingo, 24 de febrero de 2013

Fascismo sin más

 Se llama Salvador Victoria. Probablemente viste bien, de diseño, y gasta muchos euros en su aspecto personal. Seguro que cree que la colonia que usa dice mucho de su carácter y de su prestigio personal. Seguramente hasta tiene una excelente opinión de sí mismo y seguramente se considerará un triunfador. Es el número dos del PP en la Comunidad de Madrid, Consejero de Presidencia y de Justicia y portavoz del gobierno madrileño. Y tendrá dietas, guardaespaldas, coche oficial y privilegios numerosos que costean nuestros impuestos. Seguramente habrá hecho méritos para gozar de un buen retiro de asesor en empresas que valoren sus  buenos oficios cuando la política ya no reclame su desinteresada y humanitaria dedicación.
            Y como a todos ellos se le llenará la boca con la palabra democracia. Quizá la regurgita, porque no la digiere.
            Todo el día de ayer, en Twitter, lo ocupó en vomitar sus carencias democráticas en un ataque desaforado a los manifestantes que ocuparon las calles en España contra la política servil de su partido, encaminada en exclusiva a defender los intereses del sistema financiero y los de los usureros, corruptores y corrompidos que se enmascaran en ese mundo maloliente.
            "Hoy, como hace treinta y dos años, los enemigos de las libertades toman las calles y el Congreso..."
            O este partido premia con cargos delicados a la gente más burda, o , como parece, son los más cínicos  - o quizá los más miserablemente torpes-, los que logran las mejores posiciones.
            O sea, las manifestaciones de los descontentos, de los que reclaman democracia y buen gobierno, son un golpe de estado para imponer una pretendida dictadura, como aquel 23 F de infausto recuerdo. La crítica a las medidas destructivas de este gobierno es un atentado contra las libertades ciudadanas, en su interesada y despreciable opinión.
            La manipulación de la realidad es el instrumento más fiable del PP, uno de sus recursos predilectos en el ejercicio de la política. Simple y llanamente, la mentira burda. Y cuando la verdad resulta un toro bravo que embiste a la zona noble, se ignora y se decreta el silencio vergonzante. Esa estrategia, aunque no sea lo peor, encierra una incalculable dosis de desprecio a la inteligencia de la gente. Quizá, con razón, porque les da resultados.
            Mejor haría este portavoz, cuya lengua parece desconectada del cerebro racional que seguramente la naturaleza le otorgó, en explicar a sus conciudadanos por qué su gobierno cierra centros públicos de enseñanza en zonas donde la demanda de plazas justifica su existencia, y deja intactos los centros concertados  en esas mismas zonas, a pesar de tener  una demanda insignificante. Porque la sospecha que se cierne sobre todo su gobierno es que el cierre de los centros públicos tiene como única finalidad llenar las aulas de los centros privados. Y eso sí es atentar contra la libertad.
            Y contra ese atentado, por ejemplo, se manifiestan los ciudadanos. No somos enemigos de las libertades. En realidad, somos la única esperanza de que las libertades salgan ilesas de la desaforada cacería a la que su partido las somete.
            Salvador Vitoria es el que tiene miedo a la libertad, el que no permitiría la libre manifestación del descontento ciudadano. Como aún no se atreve a utilizar otra violencia, utiliza la violencia verbal. Pero, es la misma violencia.
    Es fascismo, sin más. Todo se andará. La violencia legal está ya cocinándose para coartar la libertad de manifestación.




viernes, 22 de febrero de 2013

Cabestros

        Aplaudieron a rabiar.
      Sus voceros mediáticos, esbirros a sueldo, parásitos serviles y oportunistas, proclaman que Rajoy ha ganado. Alguno habrá que propusiera sacarlo a hombros del hemiciclo como a un diestro triunfante que ha desorejado su lote de vitorinos, pero no está la calle para fiestas.
      El país se desangra y no da crédito al espectáculo que tiene lugar ante sus ojos.
      Y mientras ellos aplauden a rabiar, Europa advierte de que no basta el sacrificio. 
      Quieren más víctimas, pero ellos aplauden a rabiar. 
       Han ganado. El líder tambaleante , acosado por la sospecha de una corrupción sin precedentes, el que silencia hasta el nombre del instrumento interno del desfalco al propio sistema democrático, ha prometido persistir hasta el final de la legislatura. El cínico que no sabe/ no contesta a las preguntas sobre Bárcenas ha garantizado que no habrá paso atrás. Ni un paso atrás.
       Han ganado, porque en su futuro inmediato no hay amenaza de cierre patronal. Seguirán a cubierto durante unos años más. Sueldos, dietas, privilegios, protección garantizada. Otros se calarán hasta los huesos con su interesado beneplácito, pero ellos han ganado.
         El líder ha dicho también que no se toca la ley hipotecaria porque sería una fisura en el sistema financiero, aunque nueve de cada diez ciudadanos españoles, de cualquier partido u orientación política, consideran la dación en pago algo justo y que vendría a dulcificar la situación lamentable de muchas familias afectadas por el desempleo y las demás lacras de este tiempo.
         Ellos se autoproclaman parlamentarios, portadores de la soberanía popular que le otorgaron las urnas. Yo sólo veo cabestros, animales castrones, sin voluntad ni autonomía, devolviendo a los corrales una Iniciativa Legislativa Popular cargada de dignidad y de razón.
         Hacen sonar sus aplausos serviles y agradecidos, pero yo sólo oigo los cencerros de mansos obedientes a los silbidos del boyero que garantiza el heno en el pesebre en el futuro próximo.
         ¡Son cabestros!

lunes, 18 de febrero de 2013

Estado de la nación

       El hombre desolado quisiera estar muy lejos, ejerciendo su otro oficio bien pagado. 
    Alrededor, los empleados se esfuerzan por aparentar normalidad, pero hablan quedo y rehúyen su mirada; quizá les preocupa ese futuro incierto que presienten en su actitud huidiza, en su voluntad no manifiesta de volverse invisible a los demás, en su creciente malhumor que se desliza en sus monosílabos cortantes y le dibuja un perfil anguloso. Cuando el temor y la inseguridad se ceban en su mente , no suele mirar directamente a las personas. Para ocultar su inseguridad mira por encima de ellas, muy lejos, fijando su interés en algún punto del horizonte. Desarrolló ese hábito defensivo desde la infancia, pero ya sabe que, lejos de defenderlo, esa mirada huidiza es todo un manifiesto de inquietud y de confusión, una proclama de su estado depresivo.
       Como cualquier persona desconfiada que no ha compartido nunca gran cosa de sí mismo, - nadie podrá quitarle nunca el convencimiento de que ese es el secreto de su ascenso en la pirámide del poder-, rebusca en el arsenal de los recursos propios, los que ha desarrollado durante muchos años de supervivencia en las arenas movedizas de las ambiciones, las complicidades, los silencios culpables, las adulaciones calculadas, las adhesiones oportunas, las mentiras rentables, la ignorancia presunta y las traiciones imprescindibles. 
         Se siente en el centro de un naufragio clamoroso. Ni siquiera la mayoría absoluta dará consistencia a un discurso defensivo. Odia las comparecencias parlamentarias. Si por él fuera, este debate inútil, porque no cambiará ni una coma el futuro del país,  no tendría lugar. Sólo es una representación reglamentaria; la única voluntad de la oposición es hacer sangre en un hombre maltrecho. Este debate le llega en un momento inoportuno.
       Hace unos días el hombre desolado ha establecido ya las líneas generales de su intervención. Los creativos, esa gente de toda confianza que trabaja en la sombra elaborando los discursos, las conocen. 
       Primero, la herencia recibida. Ahí, ahí hay que insistir. Pondrá de los nervios a la oposición y ese eximente redimirá no pocas culpas. No sólo lo esgrimirá como argumento. Quiere datos, estadísticas, basura acumulada por el gobierno Zapatero. Y quiere datos claros, gráficos que pueda enseñar ante las cámaras. Se lleva mucho. Las estadísticas otorgan un plus de credibilidad. Ya que el presente es un erial, mejor refugiarse en el pasado, desplazar las culpas al pasado, condenar al muerto.
        Luego, abundará en su tópico estrella, en su mensaje predilecto. "Cumplo con mi obligación",- dirá en tono solemne. "Tomo las únicas medidas posibles. Son dolorosas , pero nos sacarán de la crisis". 
       En ese momento conviene hacer un brindis al sol. "Este es el último año de recortes. Por este camino, el año que viene, crecimiento". Y hay que esgrimir que Europa bendice las medidas del gobierno y que si Europa está contenta todo resultará más llevadero.
        Es mentira y lo sabe. Sabe que debe obtener un plazo más amplio de la Troika para cumplir con los objetivos del déficit; sabe que las exigencias de esa ampliación serán muy duras: jubilación, pensiones, cobertura de desempleo... Lo sabe. Como sabe que mentir resulta imprescindible. Cuando esta mentira resulte indefendible,  ya inventará otra acorde con los tiempos; ya buscará culpables.
     En medio del naufragio la nación se desangra por heridas abiertas: el paro, la corrupción política extendida sobre la piel de toro como lepra, el descrédito institucional, el deterioro y el empobrecimiento de los servicios públicos.... La calle es una riada de ciudadanos que reclaman verdadero gobierno, justicia y una vida decente.
     Por ahí, "tamquam fenix per prunas". Como gato por ascuas. Lamentar que la realidad exija sacrificios. Ojalá y tuviera algunas dotes histriónicas. Podría simular que le falla la voz en ese preciso momento y limpiar con un clinex las gafas empañadas por una lágrima rebelde. A saber cuántos votantes le devolvería a las depauperadas encuestas esa lágrima incontrolada.
       El hombre desolado se imagina a sí mismo en el estrado enjugando esa lágrima y siente una punzada de orgullo por esa imposible imagen de ser humanitario que su imaginación le ha regalado.
      Ahora, eso sí, con las acusaciones de corrupción, indignación y contundencia ¡Y contraataque! A cada uno hay que sacarle los muertos del armario, exponer sus vergüenzas, recordarles sus múltiples maldades.
      Su otro yo se hace visible de forma inesperada.
      "¿No temes que removiendo la basura acumulada el pueblo os dé la espalda definitivamente...?"- le pregunta.
       "¿El pueblo...?" 
       Como siempre responde con la propia pregunta que recibe, entrecortada, incompleta, tomándose el tiempo necesario para calcular cada palabra en su respuesta.
       "El pueblo tienen una memoria de escaso recorrido. Olvida pronto. Falta mucho para que volvamos a desempolvar las urnas. Lo que importa en política es controlar lo que sucede hoy; tal vez, también lo que sucederá mañana.  Lo que ha de suceder a largo plazo no lo controla nadie. Mejor dejar al tiempo que haga su trabajo..."
      El tiempo, su único aliado. Luego de un silencio reflexivo le dice a su gemelo.
     "¿Y sabes una cosa...? Ahora mismo solo cabe confiar en mí. No hay otra alternativa. Y digo más, las próximas elecciones las gano yo otra vez".
     Sin embargo silencia el sueño de la noche anterior. Soñó que los redactores de sus discursos habían huido sin dejar ni una nota de despedida.

jueves, 14 de febrero de 2013

Transparencia

   Ante la urna, con el sobre donde ha depositado su voto aun en la mano, un hombre hace una proclama silenciosa. "Os entrego casi lo único que tengo, el poder de decidir sobre mi vida, mi deseo de una patria más justa, mi esperanza de una vida mejor para mis hijos, mi fuerza para perseguir a los que se sienten por encima de la ley, mi afán de libertad pacífica..."
   "Pero, no lo olvidéis; yo soy el soberano",- les advierte.
    Dejó el sobre en la urna y se volvió a su casa, confiando en personas sin rostro cuyo nombre apenas si ha mirado; confiando en la fuerza secreta que tienen los proyectos compartidos.
    Cerraron los colegios electorales y los candidatos vaciaron las urnas para contar las papeletas y repartirse el botín del poder delegado. Se llevaron las papeletas con sus nombres marcados y olvidaron en las urnas vacías la esperanza que encierra cada voto.
   Ignorar esa esperanza delegada es la corrupción original. Ese olvido voluntario es la prueba de que un sistema democrático ha sido pasto de parásitos voraces.
     Andaban los padres de la patria manoseando la palabra transparencia, esgrimiéndola como arma arrojadiza, haciéndola volar sobre los escaños como El Pelele desmadejado en el cartón de Goya. En esas vino Draghi, el nuncio de la nueva verdad revelada cuyo mandamiento principal es el control del déficit, y el Parlamento se convirtió en un cónclave privado. Cum clave significa "bajo llave" en la lengua original.  Alguien decidió que se despidiera a los taquígrafos y se buscaron micrófonos ocultos. Capilla Sixtina laica para tratar a las espaldas del pueblo asuntos que afectan poderosamente a la vida del pueblo. Hurtémosle al pueblo la verdad ingrata ¿Qué sabrá el pueblo de cosas importantes? El pueblo zafio rehúsa el sacrificio. Pero el anuncio salvador del apóstol del euro es que al pueblo le toca mayor ración de sacrificio, si queremos la confianza de los socios ricos.
     Vino a decirles: "Dejaos de zarandajas, de papeles comprometedores, de nimiedades morales. Dejaos de remover la ley hipotecaria. Porque el mercado acecha". Vino a renovar las amenazas, no sea que el presente convulso y sus aguas revueltas nos aparten del camino trazado por Europa.
    Ninguna corrupción resulta definitiva hasta que no corrompe también nuestro lenguaje.
    Democracia, Parlamento, transparencia son definitivamente palabras corrompidas en esta patria nuestra.
    Es hora de recordarles la advertencia que cada uno les hizo ante las urnas.
    Es hora de decirles: "Lo olvidasteis;  pero yo soy el soberano".
     

martes, 12 de febrero de 2013

Tántalo

    
      Antes de salir del edificio excesivo que mandara construir el marqués del Carpio cuando el XVII entraba ya en su declive temporal, el hombre desolado, como si fuera un descubrimiento repentino después de trece meses de convivir con él, se detiene ante el "Apolo como representación del mediodía" que Mengs pintara por encargo para María Luisa de Parma.
         De pronto esa figura, rotunda pero ingrávida, que apunta con su flecha incendiaria desde el aire a quien se detiene a contemplarlo le parece encerrar algún mensaje oculto, una metáfora que el azar ha dejado en el salón para descifrarle su futuro, una amenaza de incendios permanentes.
         Cuando deja atrás la mole del palacio, apenas empieza a despuntar una mañana fría y grisácea entre la arboleda invernal de los jardines de palacio, casi fantasmales entre la bruma del inhóspito invierno madrileño. Nunca ha sido un amante del ejercicio físico. Pero el paseo matinal le permite despertar definitivamente, librarse del sopor de ese sueño intranquilo que acompaña a sus noches en los últimos tiempos. Lo aprovecha también para poder hablar en soledad con ese otro yo que siempre secunda cada paso que damos; ese otro yo mucho más sabio, más coherente, más puro y razonable que nosotros; el que querríamos ser si la vida nos hubiera permitido una elección. Hay quien lo llama la conciencia, pero seguramente es el espejo vengativo que pone ante nosotros un gemelo celoso, malogrado a media gestación. Celoso, porque se ceba en afearnos nuestros actos de una manera cruda. Y nos conoce. Nadie nos conoce mejor. Camina a nuestro lado y nos recuerda de forma permanente cada error, cada maldad y cada cobardía que cometemos.
         Tiene, no obstante, una ventaja; con él la mentira ya no resulta necesaria porque no tiene utilidad alguna.
         El hombre desolado camina como quien cumple una pesada obligación. Apenas ha recorrido cien metros por el amplio sendero que se adentra en la arboleda, se detiene y se vuelve en dirección al caserón. Ser su inquilino fue la mayor ambición que alimentó durante muchos años. Ahora, sin embargo, lo contempla con un desapego doloroso. Vagamente recuerda que un perjuro mítico fue aplastado por una roca gigantesca que los dioses arrojaron sobre él desde la cumbre de un monte. De pronto el nombre del perjuro le viene a la memoria. ¡Tántalo! Y se imagina que ese caserón es como una roca destructora que han arrojado sobre él. No ha conseguido ni un día de paz desde que, satisfecho, ufano, orgulloso de haber vencido a innumerables enemigos, atravesó su puerta  con el mayor poder acumulado de forma democrática por su partido, el partido que se permitió dudar de él.
         Insinúa una carrera breve, pero siente las rodillas de metal oxidado y sus pulmones de fumador habitual de habanos exclusivos le lanzan muy serias advertencias sobre lo inadecuado de la empresa. El ácido láctico también se lo recuerda en forma de dolorosas picaduras de insectos invisibles que poblaran sus glúteos. Por pura disciplina decide continuar caminando un poco más. Nadie se lo exige ni nadie lo vigila, salvo ese otro yo en cuya boca  sospecha una sonrisa maliciosa. 
         Le preocupa esa imagen de Tántalo aplastado que le ha sobrevenido de forma repentina. Un perjuro aplastado por el peso de sus culpas y la cólera divina.
         También tú has mentido,- le ofrece el invisible nexo su gemelo.
         No más que otros,- responde el hombre desolado. Mentir es una obligación en la política; una obligación imprescindible ¡Y por el bien del pueblo! ¿Qué sería de un pueblo dueño de toda la verdad...? La mentira  protege a las naciones.
         Y has incumplido tus promesas.- le refuta su gemelo despiadado.
         Las promesas de un político se las lleva el viento de la realidad. Nadie controla el futuro a voluntad. Eso lo sabe todo el mundo. No conozco a un político que haya cumplido sus promesas.
         Guarda silencio el gemelo invisible. Lo contempla envejecido y gris, casi diluido en la neblina matinal. Cansado, como un hombre que acaba de tomar conciencia  de que el empeño de reivindicarse ante quienes despreciaron su ausencia de carisma no mereció la pena. 
         Confiarás en alguien...,- le susurra, por ver si se le ilumina la mirada con alguna esperanza.
         ¿Confiar...? 
         El hombre desolado guarda un silencio largo, como quien anda ojeando una lista de nombres conocidos buscando una respuesta a esa pregunta. Sigue siendo su mirada la mirada apagada de un hombre que no encuentra salidas. Luego responde sin dar una respuesta
         El futuro depende de un hombre amenazado, pero es un hombre poderoso porque conoce todos los secretos. Empujan hacia él todas las culpas. El observa el agujero que han cavado a sus pies. Nadie sabe si aceptará arrojarse a esa tumba en solitario o solicitará un sacrificio colectivo.
         Pues, entonces prepara una estrategia,- le aconseja el espejo.
         La tengo,- le responde. Salvas de humo, negación sin fisuras, manejar la culpa colectiva que es la argamasa más fiable, dilatar en el tiempo los procesos, amenazar a quien acuse, remover la basura al enemigo y negociar con el conocedor de los secretos... 
         El otro asiente.
         Y, luego, el tiempo. Todo lo que tiene arreglo el tiempo acaba por dejarlo como nuevo.
         De vuelta en dirección al caserón que otro tiempo fue dominio de los grandes de España, pabellón de caza y picadero regio siente que el paseo lo ha reconfortado. Hay que confiar en la estrategia.
         Esta es su casa, la ganó en buena lid. Nadie le garantizó que mantenerla fuera fácil. Es cuestión de resistir. ¡Como siempre!
      Tántalo fue un perjuro. Él sólo es un político adaptado a las exigencias de su  tiempo, convencido de que el camino es la mentira, traicionar las promesas,  la dilación, la negociación de cada parte de culpa que otros habrán de soportar. Mantener el poder bien merece persistir en los valores en los que siempre confiaste para alcanzar la cima.

viernes, 8 de febrero de 2013

Es tiempo de Caínes

 González Pons, insustancial, monótono, desmemoriado, casi parodia de si mismo de tanto repetirse, orienta la catapulta de las acusaciones en dirección a Rubalcaba. El artero Rubalcaba anda detrás de cada filtración. Pero a Rubalcaba se le nota sorprendido, confuso, quizás arrepentido de no tener a mano un proyecto coherente, un partido que rebose salud y convicción, un candidato indiscutible, una maldita encuesta que le resulte favorable.
   Esa catapulta descargada dispara sólo humo; o cartuchos cebados con la ceniza fría de viejos argumentos repetidos. La manipulación es ya casi un recurso perezoso, un viejo vicio desgastado que no produce beneficios. Palabras vacuas que no generan ni siquiera indignación.
  La catapulta verdadera se ha preparado en el interior de su castillo; sus propias mesnadas la han armado con proyectiles de carga retardada y apuntan a los que defienden las almenas. Desde arriba arman las ballestas con sus dardos. Hacen memoria. Recuerdan que el dragón omnipresente de la "Gürtel" que prometió un tesoro, pero agosta tierras ayer productoras de seras rebosantes de votos, puso sus primeros huevos venenosos en Madrid.
   Es tiempo de Caínes. Esta tierra feroz los pare por docenas, los esparce por cualquier lugar, los alimenta con leche de ubre vengativa y reseca. En ocasiones, para comprobar que los crió correctamente, los libera entre nosotros. Les encomienda dar cumplimiento a lo que reclama su semilla, su mala sangre, su destino aciago y belicoso. Ellos enarbolan la quijada de asno y cumplen su mandato.
   "Destruye a quien se interponga en tu camino".
   "¿Y si el que se interpone en mi camino fuera carne de mi carne y sangre de mi sangre...? - le preguntan.
   "Con más razón",-contesta ella.  "Si es tu especie la que se interpone en tu camino, no es tu especie; es tu enemigo".
    "Y mientras tanto, ¿qué pasa con la patria?" - le preguntan de nuevo.
    " ¿De qué patria me habláis...? ¡No hay otra patria que el botín!"
   González Pons daría risa, pero produce pena ¡Hasta a los suyos!
 
    

miércoles, 6 de febrero de 2013

Un dios territorial

    En 2010 unos turistas austriacos , de fe musulmana, pretendieron rezar según su rito en la mezquita de Córdoba,  Patrimonio Cultural de la Humanidad, hoy convertida en catedral cristiana. Los vigilantes de dicho monumento les impidieron la oración. Hubo forcejeos, enfrentamientos, y quizá daños personales. Ahora se celebra el juicio contra aquellos turistas austriacos.
      Cuesta trabajo entender qué impulso atávico llevó a los vigilantes a considerar profanación la oración de otros hombres, fuera cual fuera su lengua, su fe, la orientación de sus cabezas, en dirección a la Meca o al mismo polo Sur. ¿Fue un impulso atávico o una consigna del cabildo?
     Tanto da. Me pregunto qué fe torcida ha hecho anidar en la imaginación humana un dios menor, territorial, soberbio, asustadizo, temeroso del hombre que le reza .
       ¿Cómo sacaréis de su indefensa oscuridad a un pobre agnóstico poniendo ante sus ojos descreídos a un dios así...?
       Porque ese dios, cuyo territorio defendéis con celo capaz de avergonzar a un ser civilizado, es un dios insoportable, más insensato que infinidad de sus criaturas.
       Si existe un dios será, sin duda, un ser civilizado. 
     Espero que no sea el Yavé Dios del  Paraíso que perdimos; aquel que nos fabricó defectuosos y aguardó el primer error para dejarnos ver su rostro vengativo. Que no sea ningún dios de los que han escrito a fuego la palabra guerra en sus libros sagrados. Ninguno de los dioses que confían en la violencia y predican la  exclusión y la venganza.
     Concebisteis a vuestros dioses como un arsenal de omnipotencia belicosa para asustar al enemigo en los albores de la Historia y , tras siglos de civilización al parecer inútil, aún necesitáis que aflore su rostro terrible y arbitrario para justificar vuestras miserias, vuestros miedos, vuestra intolerancia ¡Pobres dioses!
    Si existe un dios, espero que se haya otorgado a si mismo las suficiente generosidad que le permita  perdonaros por el daño inevitable que causáis a su imagen y a su idea.
      El dios en el que yo no creo, pero que puedo imaginar, es mucho más creíble, más digno de respeto, que los vuestros. Ese dios imposible jamás vería en un hombre que reza a un enemigo potencial. Se sentiría orgulloso de que seres humanos de cualquier lugar de la tierra se reunieran en paz en espacios tan significativos que la humanidad entera proclama  Patrimonio común, manifestación admirable de nuestra fuerza creativa colectiva, para rezar o para hablar de nuestras cosas. 

martes, 5 de febrero de 2013

Ya asoma un salvador en lontananza

                  Ansón propone hoy en "El Mundo" que Rajoy dé un paso al lado , conceda a Aznar la presidencia del PP, y deje en sus manos las riendas del país y la recuperación del partido Popular.


   El aullido de la arpía, desgarrador, no es permanente. Cualquier arpía necesita periodos de descanso. En esos momentos de silencio, surge el verbo, se hace carne como mensaje comprensible y habita entre nosotros.
   Ya asoma un salvador en lontananza. Tiene nombre, por fin.
  Andaba el pueblo como rebaño sin pastor, desorientado y temeroso, sin el guía protector que conoce el justo emplazamiento de los prados más frescos y los veneros que nunca se agostaron. 
  Andaba el pueblo como el rebaño al que una mano fuerte no defiende de cuatreros y lobos. 
  Andaba el pueblo como un rebaño que tiembla en el redil, venteando un peligro indefinido. 
  Cesen sus cuitas.
  Los arúspices han celebrado ya su sacrificio ritual. Han sacrificado un toro bravo como corresponde a la gravedad de la situación que nos afecta, la ausencia de un líder tan cabal como el honor de esta patria indefensa nos requiere; un toro totémico, nativo, criado en las dehesas interiores y recónditas, recio porque debe ser recia la solución que nos ofrezca.  
  Han apuntillado al animal, lo han eviscerado según los ritos establecidos en la Aruspicina, ese viejo tratado que establece con justeza cada movimiento y  cada palabra del arúspice para no contaminar el mensaje divino con un error involuntario, y han alineado las entrañas sobre la piedra del altar. Lengua, pulmones, hígado, riñones, corazón y bazo, aún humeantes, han dictado su sabia solución. No ha hecho falta la interpretación ritual de ese lenguaje misterioso con el que el animal sacrificado desvela el mensaje de los dioses que conocen el futuro. Si era notorio que este país anda necesitado de un milagro, se ha producido ante los ojos asombrados de los propios sacerdotes-puntilleros. El vapor de las vísceras sangrientas ha dibujado en el aire vacío el rostro del enviado, del elegido de los dioses.Y resultó ser el rostro de una persona que ya nos ha demostrado su valía. Preparados al efecto, niños seises, como querubes sin alas pero dotados de cierta ingravidez compensatoria, han dibujado ante el altar su baile ritual en señal de agradecimiento y el mejor de los castrati de este reino, orgulloso de su voz blanca de registros que escapan a la escala, ha proclamado a los cuatro puntos cardinales el nombre de aquel a quien los dioses eligieron.
  En algunas redacciones han quemado en las papeleras metálicas los negros presagios y, - oh milagro, habemus papam -, por los ventanales abiertos de las editoriales aflora el humo blanco de la esperanza. 
  Aun faltan aullidos amenazadores que escuchar y bolsas de basura que desgarrar ante la puerta del condenado, pero un salvador, una alternativa que produce júbilo asoma en lontananza. 
  No estamos huérfanos. Al fin podemos respirar. Solo nos queda convencerlo de que asuma esta pesada carga de devolvernos la dignidad que hemos dilapidado durante su ausencia voluntaria. Porque se trata de una persona con escasa vocación de poder, ajena a las ambiciones que suelen acompañar como valija a los políticos de oficio. Como los legendarios dictadores romanos es probable que prefiera la vida virgiliana y el cultivo de lechugas en  su plácido anonimato.
  Quizá se requiera que acudamos en rogativa hasta la puerta de su retiro y que nuestras súplicas tengan la capacidad de henchir las velas adormecidas de su justificadísima soberbia.
   Sin embargo, como suele suceder en este mundo donde la relajación de las costumbres produce personas descreídas, no ha faltado entre los asistentes al milagro de su designación para ocupar el interregno gente de mirada torva y natural desconfiado que ha comenzado a hacer preguntas maliciosas.
    ¿No era este salvador el mismo que encabezaba un gobierno capaz de acometer aquella irracionalidad de un petrolero conocido como "El Prestige" que produjo con sus "hilillos como de plastilina" la mayor contaminación que se conoce en las costas de Galicia?
   ¿No era este salvador el que encendió el reguero de pólvora que hizo explotar la santa bárbara de la burbuja inmobiliaria, liberalizando para edificación cualquier terreno que no estuviese expresamente protegido por la ley?
   ¿Está a salvo este salvador de las sospechas que pesan sobre la financiación irregular de su partido? ¿No alcanzan los papeles de Bárcenas hasta su propio periodo de gestión como presidente del Partido Popular?
  ¿No era este salvador el que encabezaba un gobierno que contrató para transporte de tropas españolas aviones en estado de ruina como aquel Yak-42 que produjo setenta y cinco víctimas, entre ellos sesenta y dos militares españoles, cuyos análisis forenses se falsearon?
  ¿No era este salvador el mismo que nos metió en una guerra injustificada e inmoral, a espaldas del Parlamento, a cambio de una foto en las Azores? ¿No era este salvador el que con aquella decisión injustificada provocó el mayor atentado terrorista que haya soportado este país?
   ¿No era este salvador el que iba a transformar el Levante español, hoy convertido en una ruina épica, en la California de Europa...?
   ¿ No era este salvador el que invadió un peñón insignificante denominado Perejil con un despliegue militar inusitado haciendo prisioneros a un soldado muchacho marroquí que dormitaba,  a un pastor de cabras y a su rebaño escuálido, provocando una peligrosa escalada de tensión con el país vecino que precisó la mediación de Bush,  su compadre de correrías por los bares de alterne de la guerra...?
    ¿No era este salvador el que se inmortalizó disfrazado de chaqué del brazo de los cabecillas de la" Gürtel" en la boda de su hija, celebrada con el lujo oriental con el que celebran sus ceremonias los nuevos ricos que nunca salieron de su aldea?
    ¿Y no es este salvador el mismo que ha desprestigiado a su país en conferencias bien pagadas - el precio de la complicidad en una guerra injusta cuya única justificación era el control del petróleo irakí- en los círculos exclusivos de algunas universidades americanas donde se cultiva la ideología más reaccionaria del planeta y los postulados económicos más irracionales y más injustos?
   En fin... Hay gente de mirada torva, de natural desconfiado, memoriosa. Gente descreída, capaz de negarse a aceptar  hasta un mensaje de los dioses.


  
  
  
   

lunes, 4 de febrero de 2013

Los trescientos

  No. No voy a contaros la historia de los trescientos espartanos del rey Leónidas que aguantaron heroicamente al ejército persa de Jerjes en las Termópilas. Hay mucho mito en esa hazaña. No estaban solos, ni eran trescientos, desde luego. Pero hoy no va la historia de esos trescientos, sino de otros. 
  No sé si será casualidad o el número tiene alguna intención simbólica, por lo que la empresa encomendada a estos trescientos tiene también de heroica. 
   En El País del 1 de febrero, Ramón Jáuregui, portavoz del PSOE en la comisión constitucional del Congreso, sale al paso de las críticas por la aparente pasividad de su partido en lo que va de legislatura, la más convulsa de los últimos tiempos. Asegura que casi desde el día después de la derrota electoral el PSOE se sumió en una profunda reforma interna silenciosa y paciente. La maquinaria del PSOE se puso en manos de trescientos mecánicos anónimos, superespecializados y escasamente vinculados con el propio aparato del partido. 
  Esos trescientos elegidos debaten y proponen medidas para afrontar los grandes problemas del país y refundar sobre sus conclusiones el proyecto político del Partido Socialista. Y han descubierto que la gran quiebra no está tan sólo en su proyecto, sino que hay una quiebra aún mayor en España, en nuestro sistema democrático y en las instituciones sobre las que se sustenta. Jáuregui insinúa un panorama similar a los primeros tiempos de la transición. Según el diagnóstico de estos analistas, se trataría casi de refundar la democracia. 
  Sostiene Jáuregui que el proyecto, aun a medias, del Partido Socialista propondrá reformas profundas que afectarían al sistema económico y social, al sistema fiscal, al modelo productivo, a la política energética, a la calidad de la educación sin olvidar las universidades, y a la sostenibilidad de los servicios públicos; asegura también  que afrontará temas candentes y de rabiosa actualidad como la respuesta a la corrupción, el rechazo a los partidos políticos y la cohesión territorial de España. Y Europa, sobre todo Europa, sin cuyo concurso cualquier proyecto nacería condenado al fracaso.
   Aquellos trescientos guerreros de Leónidas -  entre 5.000 y 11.000 guerreros de diferentes polis griegas , según qué fuentes consultemos de la Historia Antigua- perdieron la batalla. Se achaca, como es lógico desde las fuentes griegas , a una traición para justificar esa derrota. La consecuencia fue que los persas se apoderaron de Atenas.
    No hablo de esta derrota con ninguna intencionalidad sobre el trabajo de estos trescientos colaboradores del Partido Socialista.
   Sin conocer sus conclusiones, no valoraré de forma negativa el trabajo de esta comisión. Sería injusto y falto de objetividad. Ojalá acierten y tengamos un proyecto político acorde con lo que España necesita. Pero hay un error de formas, un error demasiado frecuente en el comportamiento de los partidos políticos.
  Jáuregui acaba de reconocer un error de estrategia. No en la selección de estos trescientos para su particular batalla de las Termópilas, sino en el secretismo con que se está llevando a cabo este proceso. Un error, porque ha dado esa sensación de pasividad imperdonable del principal partido de la oposición en tiempos tan convulsos. 
   El error que reconoce no tiene que ver con el que yo denuncio.
   Yo creo que el error es más profundo. Es un error de concepción. El error primordial es hurtar al ciudadano participar en el proceso. Los partidos políticos aún nos consideran tutelados, incapaces de aportar nada útil al proyecto colectivo de convivencia y de gestión. Y se equivocan.  Lo han venido comprobando con las iniciativas ciudadanas justísimas para afrontar problemas ante los que el Parlamento ha carecido de voluntad o de valor.
   Cuánto mejor no habría sido, el día después de la derrota, asumir los errores, pedir disculpas en lo que fuera necesario y anunciar el proceso invitando a los ciudadanos a compartir la empresa apasionante de recuperar al país para el futuro. Está la red, una vía potente de participación en un proceso cuyo principal objetivo debería ser devolvernos la esperanza y darle forma al único  modelo de democracia que podemos aceptar, la democracia participativa.  Buena parte de la ciudadanía ha perdido la fe en el sistema y en quienes lo administran. Sobran razones. Y el secretismo no hace sino aumentar la distancia entre los aparatos políticos y la ciudadanía , como sin duda demuestran las encuestas.
  Y un proyecto a medias en los tiempos que corren es poca cosa. La crisis del Partido Popular está lejos de amainar. En mi opinión aún empeorará de forma llamativa. Sólo hay que ver la portada de la Gaceta, el órgano en papel de Intereconomía, de hoy. No le conceden ni la cuenta de protección , la que es de rigor para proteger a los boxeadores que se tambalean en medio del ring.
  Rajoy es un hombre acosado y la fidelidad de su partido es esa frágil fidelidad que genera la victoria. Puede que se agote su proverbial capacidad de resistencia, cuando descubra fisuras en las defensas colectivas. O puede que, en realidad, sea ya ese jinete muerto que cabalga en los versos lorquianos,  sostenido por la querencia de su propi0 caballo. Supongo que dependerá, especialmente, de la actitud de Europa. La Europa protestante, hipócrita pero rigurosa, convive bastante mal con cargos públicos sobre los que pesan sospechas de comportamientos inadecuados.
   Rubalcaba reclama la dimisión de Rajoy, pero no reclama convocatoria de elecciones anticipadas. Él sabrá por qué. Él, como yo, sabe que, aún confirmándose todas y cada una de las acusaciones que pesan sobre el Presidente del Gobierno, Rajoy es el menor de los problemas. Él, como yo, sabe que en esta guerra cainita por el control del Partido Popular hay intenciones ocultas que suponen una amenaza latente y peligrosa para el futuro del país. Él, como yo, sabe que el problema de Rajoy no son los papeles del Bárcenas; esa es su principal debilidad. El problema de Rajoy es que ha empezado a desconfiar de las  medidas que aplica su gobierno. Y hay muchos enemigos emboscados esperando los beneficios que esta ruina que nos cerca produce a los animales carroñeros.
  
   
   

domingo, 3 de febrero de 2013

Papeles apócrifos

  Era imprescindible una estrategia. Y sólo había una posible para minimizar las consecuencias de los papeles, presuntamente generados por Bárcenas durante sus muchos años de gestión de las cuentas del Partido Popular: la negación tajante. 
  Pero esa negación tajante, por boca del presidente de gobierno y del Partido Popular, sólo se ha producido cuando Bárcenas ha desmentido la autoría de dichas notas y la veracidad de las mismas en la prensa.
  Daría una paga extraordinaria, si no me la hubieran expropiado, por haber asistido a las presuntas negociaciones previas.
   Con el compromiso - presunto, por supuesto-, de Bárcenas bajo el brazo, Rajoy lo niega todo. Estrategia, al fin, que se despliega en los términos que todos, creo, esperábamos. Y lo esperábamos, porque ya Cospedal la aventuraba en una comparecencia previa al calificar los papeles como de origen y autor desconocido.
  Rajoy se compromete a hacer públicas sus declaraciones de Hacienda. Podía ahorrarse esas molestias. A mí, particularmente, ese gesto no me ahorra suspicacias ni dudas acerca de la honestidad de la cúpula del Partido Popular. Sólo faltaba que un presunto implicado en una trama de dinero procedente de la corrupción se comportara como manifiestamente imbécil, declarando a Hacienda las cantidades recibidas de la contabilidad  B, inexistente por definición, de su propio partido.
   Definitivamente, en la valoración oficial del Partido Popular son papeles sin valor alguno, aunque buena parte de los militantes y de los cargos intermedios tengan justificadas dudas acerca de la honestidad de la zona noble de la calle Génova. 
   Bárcenas niega su autoría, a pesar de la coincidencia plena de la letra de los consabidos apuntes y  la de una carta personal de su puño y letra , analizada por dos equipos de científicos grafólogos. 
   Y Rajoy los califica de "papeles apócrifos".
    Apócrifo es un neologismo impresionante. Y no sólo porque es esdrújula y porque procede de una lengua revestida de prestigio indeleble. Griego puro, πόκρυφος. Pocos términos se conocen con más capacidad disuasoria. No es un adjetivo; es un axioma. Y no se debe a la naturaleza inocente de la propia palabra. Se debe al microclima en que desarrolló su prestigio indudable. Es un término apadrinado por la Iglesia para descalificar escritos - evangelios- sobre la vida de Jesús de Nazaret que contradecían su doctrina oficial. Apócrifo descalifica como pocas palabras en el diccionario. Hoy viene a significar, referido a escritos o a obras de arte, que no son obra del autor atribuido. ¡Bien aplicado por Rajoy! El tesorero del Partido no escribió esas notas manuscritas.
    Ciertamente Rajoy no miente. No miente ni aunque pretendiera hacerlo. 
   Porque apócrifo, antes de significar lo que hoy significa, en su etimología original significa oculto, lo que no es visible, lo procedente del interior de la caverna. 
   De una u otra manera, Rajoy no miente. En uno u otro sentido, son "papeles apócrifos". O de autor desconocido, u ocultos, escondidos, procedentes del interior de la caverna; mejor, de las alcantarillas por donde fluye la podredumbre que corroe los cimientos de  nuestro sistema democrático.
   Quizá sea el momento de una depuración general en el sistema maloliente, antes de que los miasmas lleven al coma irreversible a este país. Si es así, en buena hora afloran esas apócrifas miserias contables. 
   La segunda parte de la estrategia defensiva no puedo atribuirla al Partido Popular. La he detectado en medios paniaguados, surgida en alguno de los peones menores del poder, subvencionados por supuesto y que constan ocasionalmente en la contabilidad apócrifa, cuya finalidad es la manipulación de las cabezas menos amuebladas. Puede ser un encargo, o servilismo puro. Pero, tiene el tufo de un "thriller" de serie B, con un guión de urgencia y escasamente trabajado. Vienen a establecer que esta historia ficticia está bien orquestada por poderes ocultos. Se trataría de  una conjura internacional -Obama, Merkel- contra el Cid Campeador del Sur de Europa, un Mariano que se niega en redondo a solicitar el rescate en toda regla, a pesar de las presiones internacionales. No sólo es inocente; es, además, un mártir inmolado en defensa de los intereses de España. Creativo, desde luego, lo es el argumento.
   O sea, la C.I.A. y algún selecto equipo de la antigua "Stasi", que Merkel reservó para ocasiones especiales, están inundando las redacciones de papeles apócrifos. ¡Bien pensado!
   Creo que falta alguna pieza en este guión apresurado. Les daré una idea por si las subvenciones no les permiten tener en nómina gente verdaderamente imaginativa: el Mosad. Se sabe que andan molestos porque España apoyó a Palestina ante la ONU.  ¡Ea, ahí tienen una idea coherente! ¡Que aproveche!
    Y otra idea gratuita que les ofrezco es que lean a Lorca, esos versos bíblicos y rotundos en los que las navajas brillan bajo la luz de la luna, porque Caín es una constante en la historia humana, especialmente entre quienes pelean por el poder, gente proclive a cultivar los celos, el odio, el empeño en destruir al contrincante de forma irracional, con empecinamiento duradero  y memoria  vengativa. La conjura es local, cainita, un duelo a muerte al parecer. Y en el romance lorquiano, un caballo, llevado por la querencia de su cuadra, conduce bajo la noche estrellada a su jinete muerto. Sabemos ya quién acumula las heridas más graves en esta  emboscada de callejones oscuros y sucios donde la política pendenciera suele ajustar sus cuentas pendientes.
    Y, si su capacidad de entender el lenguaje poético estuviera disminuida por la mucha servidumbre intelectual que requiere su oficio, les diré que hay quien aprende mucho de los cuentos. Blancanieves, por ejemplo, educa mucho en estrategias políticas. Tras el pacto imprescindible- pero presunto, desde luego-, entre la cúpula del partido y Bárcenas, Rajoy ha recibido una invitación intencionada, morder la manzana envenenada, demandar al antiguo tesorero. Rajoy calló en el cónclave. Tras el presunto pacto sería de mentecato denunciar a aquel  a cuyo destino se siente encadenado. Y denunciarlo, ¿por qué...? ¿Porque se ha acogido a una amnistía fiscal, ofrecida por el gobierno de Rajoy, a su medida...?
   Se me antoja que odia los espejos a los que las brujas malísimas hacen preguntas sobre su propia belleza, y sus méritos subjetivos; seguramente odiará los espejos sobre cuya impoluta superficie dejan las brujas o las madrastras malas el rastro de su aliento, una rastro de soberbia, de egolatría, de ambiciones tan cargadas de efectos retardados, vengativos, terribles. 
    Es para odiarlos, desde luego.
   
    
   

sábado, 2 de febrero de 2013

Excusatio non petita...


Más concisión me pide una lectora
y hoy la tendrá en un abracadabra...

    Y tomaré prestadas palabras ajenas, de un autor admirado. Como lector nunca encontré una prosa más gozosa, un universo de palabras más torrenciales, envolventes, con una capacidad de enajenación tan poderosa. Como un vino extraordinario al que te aferras para gozar en paz de tu propia soledad. 
     Se trata de Gabriel García Márquez. El texto que hoy me inspira está sacado de la novela "Crónica de una muerte anunciada" y  dice así : 
    "....Antes de pisar tierra firme se quitaron los zapatos y atravesaron las calles hasta las colinas caminando descalzas en el polvo ardiente del mediodía, arrancándose mechones de raíz y llorando con gritos tan desgarradores que parecían de júbilo. Yo las vi pasar desde el balcón de Magdalena Oliver, y recuerdo haber pensado que un desconsuelo como ese sólo podía fingirse para ocultar otras vergüenzas mayores..."
     Vergüenzas mayores. Da igual manifestar dolor o indiferencia, distanciamiento, ocupaciones peregrinas...
    Cuando se pretende ocultar esas vergüenzas mayores, siempre hay algún observador en un balcón que te desenmascara.
    Mientras su partido afronta, probablemente, la mayor crisis de su corta historia , Esperanza Aguirre se encontraba en la República Dominicana. Se desconoce el objetivo del viaje. Sí sabemos que , en su ausencia, las bolsas de  basura acumulada se desfondaban en las redacciones de los periódicos.
   Una harpía aulladora reclama sus dominios.
   
         
...cuénteme, por favor, cada palabra
y diga si es conciso, mi señora.